sábado, 27 de julio de 2013

Bar Heroísmo (Zaragoza)

Fast food de calidad en un local auténtico lleno de historias
Pese al riesgo de que me destierren de mi ciudad comienzo maldiciendo a nuestro Faraón y su empeño en sacar adelante a base de Decreto y normativa municipal el proyecto de Puerto Venecia. Muy bonito y muy moderno, pero para hundir al pequeño empresario local no hacía falta un viaje tan largo y penoso. Y no es que la mosca se quiera convertir en defensora del pequeño comerciante, sino porque con él se nos van al carajo la memoria de la ciudad, sus rincones históricos de ocio, su sabor de ciudad auténtica y las huellas de nuestros mayores, y eso es perder mucho, demasiado.

Los acompañamientos vienen con nivel
Sobre todo por lo que recibiríamos a cambio de nuestra renuncia, franquicias gastrofóbicas, salas de cine de plástico bombardeando bodrios yanquis, centros deportivos a tantos la hora, subempleos que falsifican las estadísticas de desempleo y tiendas, tiendas y más tiendas iguales a las de todas las ciudades. Sepa el Faraón que la mayoría de países avanzados de nuestro entorno europeo ya hicieron este viaje al extrarradio, llamados por el modelo estadounidense, pero este trayecto fue, afortunadamente, de ida y vuelta. Al entrar en feroz competencia estos centros comerciales, que ya habían arruinado al pequeño empresario local, se pisotearon unos a otros hasta que de nuevo el comercio de cercanía volvió a renacer en todos los barrios. Las ciudades volvieron a humanizarse y los trabajos a dignificarse. Pese a su incomprensible empeño de visionario, los zaragozanos no tenemos la necesidad de sufrir todo el recorrido. Tenemos la posibilidad y estamos a tiempo de imaginar una ciudad mejor.

Calle de sabores y leyendas
Pese a lo dicho anteriormente todavía hay esperanza. Nadando contra corriente vemos cada día iniciativas valientes dignas de dar a conocer. Éste es el objetivo de las líneas que la mosca escribe hoy desde la más profunda admiración. Sentimiento para el que los clásicos de la antigüedad crearon a sus héroes y sus gestas. Seres mitad humanos y mitad divinos que, guiados por valores supremos, guiaron sus vidas para infundir una admiración ejemplarizante en las gentes. No es casualidad que el rincón que hoy visitamos esté ubicado en la calle Heroísmo. A ver si nos sirve como modelo de impulso, valor, riesgo y rebeldía contra el rumbo negro de los tiempos. Para no postergar demasiado lo importante del asunto, que hoy va de hamburguesas, quiero comenzar presentando y reivindicando las propuestas que desde el Bar Heroísmo lanza esta gente.

Hamburguesas del Bar Heroísmo



Golden Delicious: manzana asada con toque de pimienta y canela, queso de cabra y crema de mostaza de Dijon con miel (4´95 euros)


Ibérica: especias ibéricas, jamón serrano y queso curado con pan con tomate y aceite de oliva virgen extra (5´50 euros)


Habanera: aros de cebolla, pepinillo y queso cheddar fundido con salsa de chile habanero (4´95 euros)


Somontano: foie, cebolla a la plancha y reducción de vino del Somontano (5´50 euros)


Soriana: picadillo de Soria, queso fundido y salsa guacamole (4´95 euros)

Si hace unos días traía aquí la visita a la franquicia Tommy Mel´s como ejemplo de una hamburguesería sin personalidad, hoy quisiera ilustrar todo lo contrario con la nueva dirección de uno de los más clásicos locales de Zaragoza, el Bar Heroísmo. Quien se pasee hoy por esta calle de la zona de San Miguel, podrá apreciar los estragos que la crisis está causando en la zona. Las decenas de establecimientos que pueblan ambas aceras muestran rostros tristes y ajados a causa de la lucha titánica diaria por sobrevivir. Quienes peinamos canas recordamos con facilidad todos estos bares abarrotados hasta la bandera. Tiempos de larguísimos cañeos bien apoyados por contundentes y suculentas tapas. Esa calle de Zaragoza se engalanaba cada noche para seducir al paseante que, sin mucha resistencia, se dejaba conquistar por varios de ellos. Sabedor de que seré tachado de cascarrabias y de señor Scrooge, siempre fue mi personaje favorito de Dickens, cuando veo estos bares hoy funcionando a medio gas no me entristezco del todo. Y no lo hago porque me imagino a decenas de miles de conciudadanos conduciendo hasta los aparcamientos de Puerto Venecia cargados de niños llorones, malos humos y sueños rotos. Poca pena, amigos, poca pena. Pero retomemos el tema, que hoy iba de optimismo y héroes anónimos.

Interior diseñado con visión cinematográfica
El Bar Heroísmo es ya un abuelito casi centenario que a punto estuvo de ser abandonado en el asilo de la desmemoria. Pero un grupo de gente joven, de esa generación a la que se le acusa de falta de estímulo, ha evitado la catástrofe y ha apostado por recuperar al anciano, que todavía puede transmitirnos grandes dosis de sabiduría. Como apuesta gastronómica, la nueva dirección ha decidido orientar su oferta en la dirección de la fast food de calidad. Un movimiento que comenzó en Madrid y Barcelona hace unos años y que está arraigando en el resto de ciudades cada vez con más éxito. En Zaragoza tenemos casos notables como las Hamburgueserías Cebrián, la Omburguesería de la calle José Pellicer, el renovado y pizzero Mesón Eusebio, pero de entre todas ellas, el factor sentimental hace dirigir mis pasos hacia el Bar Heroísmo y su tremenda carta de hamburguesas y raciones.


Fundado en los años veinte, el restaurante todavía presenta sus tres espacios interiores llenos de sabor e historia. Se ha optado por no modificar nada para conseguir regentar el bar más vintage de la ciudad. Cuando uno cruza sus puertas valora de verdad lo que es un ambiente auténtico y con personalidad. Tienen aquello que todos esos bares retro tan bonitos que inundan Zaragoza jamás lograrán. Y no es algo que se pueda definir fácilmente. Parece como si la atmósfera del local retuviese todas las historias que ahí han sucedido durante décadas. La madera chirriando pasos del pasado, las cristaleras reflejando rostros de los que bebieron antaño y la barra, esa hay que verla para saber cómo era de verdad un bar de los de antes. De todos modos, aunque se haya conservado toda la esencia del local, los nuevos propietarios del negocio han aportado sus toques personales a la decoración y el mobiliario, modernizando el espacio y poniendo un punto y seguido con la trayectoria anterior. Las siguientes imágenes ilustran lo dicho aquí.

Detalles personales en la decoración
El Bar Heroísmo se abre a la calle a través de la zona de la barra que dispone de unas cuantas mesas donde se sirve cuando todavía no hay mucha aglomeración. Junto a ella, separada del bar por unas cristaleras magníficas y con vistas a la calle nos encontramos un espacio adjunto al que se le ha tratado de dar un aspecto de comedor de antigua hamburguesería a base de no tocar casi nada. Se ha saneado el espacio e inundado de multitud de mesas, que se llenan de clientes hambrientos en varios turnos para disfrutar de noches de buena fast food. Pero todavía queda la joya del comedor del fondo. Uno de los rincones más añejos y con solera de la ciudad y que es la zona natural de expansión del negocio cuando funcione el boca a boca y comiencen a tener el merecido overbooking. Un buen trabajo para comenzar a andar y un mundo de posibilidades para el futuro.

Interior años veinte casi original
Por centrarnos en la carta quiero destacar el apartado que más llama la atención, el de las hamburguesas. Se agradece que la carta sea vistosa, legible y muy detallada. Ofertan hasta una docena de ellas llenas de imaginación, buenas carnes y cierto riesgo. La carta se completa con un buen surtido de ensaladas y raciones, tanto en su vertiente tradicional como alguna sorpresita marca de la casa, entre la que destacan varias especialidades de patatas para utilizarlas como guarnición o plato para compartir. Las encontramos en su versión de bravas, fritas con tres salsas o en varias versiones de huevos rotos.

Croquetas de calabaza y gorgonzola
Capítulo aparte merecen las croquetas de calabaza y queso gorgonzola, una combinación muy acertada que se presentan en forma de bolas con el tradicional rebozado crujiente. Si bien el reclamo del local son las hamburguesas, una vez probadas las croquetas sumamos argumentos para el regreso.

Bolitas de cordero y cerdo con all i oli
Recordando en su presentación al kefta de cordero, en el Bar Heroísmo preparan unos bocaditos originales con forma de croqueta, elaborados carne picada de cordero y cerdo, que vienen acompañados de buen all i oli para untar a gusto. Una sorpresita inesperada escondida entre la carta de raciones.

Huevos rotos con gambas y ajetes
En el capítulo de los huevos rotos, el asunto es mejorable tanto en su elaboración como en la presentación. Desgraciadamente los huevos salen rotos ya de la cocina y demasiado hechos, por lo que los amantes de la yema cremosa empapando las patatas verán frustradas sus esperanzas. La de ajos tiernos y gambas no nos pareció nada más que un plato para rellenar la carta, sin otras pretensiones culinarias.


Patatas bravas
El tratamiento poco acertado de las patatas fritas continúa con la propuesta de las tres salsas. Floja la fritura de las patatas, y sin mucha personalidad las salsas. Plato que también pasó sin pena ni gloria.
Más acertadas en su elaboración estaban las papas bravas, bien cocidas por dentro como debe ser, pero una evidente falta de bravura en el picante las dejó algo sosas y sobradas de mayonesa sin gracia.
Aunque el capítulo patatero tenga mucho margen de mejora, no ocurre lo mismo con el de los excelentes postres. Son deliciosos, golosos y caseros. Quiero destacar la Tarta de Queso y Arándanos, y la contundente Tarta Sacher que pondrán un punto y final feliz a cualquier comida.

Hamburguesa, cerveza local y patatas fritas con tres salsas.
Merienda que quita cualquier antojo
Un lugar de nuestra geografía urbana para conocer y para apoyar. Una excusa para devorar una buena hamburguesa y para revitalizar el ambiente de la zona. Ningún zaragozano curioso debería dejar pasar esta oportunidad de probar algo auténtico en un lugar de los de verdad. Quizá en poco tiempo solo podamos hacerlo en los decorados de cartón piedra, servidos por chavales explotados, uniformados y mal pagados. De nosotros depende.  

Detalles de un decorado estudiado

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